Hasta ahora te han dicho que tienes que llenar tu tiempo. Seguro que ni si quiera has oído hablar del concepto «Dolce Far Niente«. Amigos, deporte, ocio, viajes, trabajo, televisión, compras…y vuelta a empezar. ¡Siempre tener la mente ocupada! Siempre produciendo. Siempre despierto. Siempre atento. ¿Pero has visto lo que hacen los animales?
Los leones trabajan muy pocas horas al día, lo suficiente para cubrir sus necesidades. Los gatos se dedican a observar su día a día de manera perezosa. ¿Entonces quién se está equivocando? (R)
Como casi siempre, la naturaleza nos enseña cuál es el camino correcto. En tu vida diaria lo importante es el equilibrio. Seguramente sea una utopía que vivas como un gato…aunque no estaría mal, ¿verdad?. Es verdad que necesitas llenar tu vida de cosas pero también dejar que «el no hacer nada» (el dolce far niente) no se convierta en un tiempo de culpa. En esos momentos tu cabeza y tu cuerpo recargan las energías para lo que está por venir. No te sientas culpable por no hacer nada provechoso con tu tiempo.
La paradoja del Dolce Far Niente
La paradoja es que «relajarse haciendo nada» es lo mejor que puedes hacer para mantener un equilibro sano. De hecho se activa la parte derecha de tu cerebro que potencia la parte más imaginativa y creativa. Tu rostro se verá más lleno de vida después de estos momentos y tu corazón emanará paz interior. No hay nada mejor que liberarte de las prisas y el estrés durante estos instantes. Pero como todas las cosas, necesita de su práctica…
A veces, mejorar consiste simplemente en «no hacer nada»
¿Cómo lo tienes que hacer para sacar el máximo partido al Dolce Far Niente?
No quiero que te pases horas y horas mirando al techo de tu habitación. No consiste en eso. Lo único que deseo es que a partir de ahora te acuerdes de llenar cada uno de tus días de tiempos Dolce Far Niente «para no hacer absolutamente nada». No tienen por qué ser demasiado largos. Con una media hora al día es más que suficiente. Si lo repartes en dos momentos de 15 minutos cada uno, todavía mejor. Observa. Tan solo observa tu alrededor sin cambiar nada. Déjalo ser. Si puedes salir a un sitio donde tengas cerca algo de naturaleza sería genial (la playa, un parque, un lago…). «Haz el vago» por estas zonas y verás que bien te sientes al terminar.
Si el día no es muy apropiado simplemente pasa algo más de tiempo en tu cama sin hacer NADA o túmbate en el sofá escuchando algo de música. Por ratos como estos, la vida merece ser vivida. ¿Tiempo para los vagos? NO. Tiempo para reencontrarnos con nuestra esencia animal.
El Dolce Far Niente y el disfrute de la vida
A partir de ahora tienes que disfrutar esos momentos y dejar de sentirte culpable por ser ese león que tan solo mira al horizonte. No eres ningún vago, tan solo un animal que está recargando su energía haciendo «nada». Es sano y lo necesitas.
No hay nada más triste que no poder disfrutar de tu tiempo libre. Y como todo, se aprende. Por eso es bueno incorporar el Dolce Far Niente al día a día y no solo restringirlo al período de vacaciones. No tienes que hacer siempre cosas «útiles». No eres una máquina. Eres un animal. No lo olvides. Disfruta ahora mismo del momento dulce de no hacer nada (Dolce Far Niente).
CONSEJO VERDISA: Si últimamente te notas ansioso, estresado o muy cansado, tómate más momentos «dolce far niente» a lo largo del día. Notarás la diferencia. Tu cuerpo y tu mente te los están pidiendo. ¿Se los vas a negar?
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